Daymé Arocena: La desgarradora verdad detrás de su música te dejará sin aliento
Daymé Arocena, una voz que trasciende fronteras y desafía convenciones, se desnuda en una conversación íntima donde revela la dualidad de su ser: la artista imponente y la mujer vulnerable. Desde sus inicios musicales en la vibrante Cuba hasta su consagración internacional, Daymé nos abre las puertas de su alma, compartiendo las experiencias que forjaron su camino, los demonios que enfrenta y la inagotable fuente de inspiración que reside en el dolor y la pasión. Prepárense para un viaje conmovedor a través de la vida y la música de una artista que ha convertido su autenticidad en un estandarte y su vulnerabilidad en un superpoder.
FEATURE INTERVIEW:
Veo que tu música es muy vulnerable. Entonces, ¿qué me gustaría que podamos hablar un poco sobre ti? ¿Cómo era Daymé de chiquita?
Mis padres dicen que yo era una niña muy musical, que siempre estaba cantando e inventándome melodías. A principios creían que era como un juego de niñas, pero poco a poco se dieron cuenta que realmente era mi misión en la vida. Crecí en una casa donde siempre había rumba y me hacían cantar en clave.
¿Tienes algún recuerdo específico de cuándo decidiste dedicarte a esto?
Mis padres me pusieron a dar clases de piano cuando tenía ocho años. Aunque cantaba en el coro de la comunidad, estudiaba música clásica. De chiquita quería viajar mucho, pero en Cuba me decían que para ser azafata tenía que ser blanca, rubia y alta. Entonces pensé que si no podía ser azafata, cantaría para viajar.
En cuanto a tus canciones favoritas, si te fueras a quedar sorda, ¿cuál sería la última canción que escucharías?
“I Put a Spell on You” de Nina Simone, porque esa canción conecta mucho con mi camino como músico.
Has dicho que los blues son un superpoder para ti. ¿Cómo sientes que la música te ha permitido expresarte de la manera más pura?
Hacer música es un superpoder. Yo de principio soy tartamuda, y a los tartamudos les dicen “canta”. La música tiene el poder de la comunicación total; hace que digas lo que no eres capaz de decir.
¿Hay alguna canción que le hayas dedicado a alguien específico?
Todas. Hay algunas que vienen en mis sueños. Generalmente dedico canciones a la gente que me inspira. Por ejemplo, mi último EP se llama “Morír Bien” y dice todo lo que no tengo la capacidad de decirle a una persona que quiero mucho.
¿Hay alguna verdad que te cueste trabajo enfrentar?
Todos tenemos nuestros demonios. Siempre he sido como me ves, y no siempre ha sido fácil. De niña quería ser invisible. Con el tiempo entendí que no estaba diseñada para pasar inadvertida, pero me molestaba llamar la atención y que la gente me hiciera bullying.
¿Cómo manejas esas inseguridades?
Es inevitable que se activen esos mecanismos de defensa porque vivir en una sociedad occidental tiene un peso. Cuando era chiquita me preguntaba por qué era tan prieta. En mi adultez entendí que tenía que amarme de la forma en que soy porque esa es la matriz de la música que hago.
¿Cómo te ha ayudado tu experiencia a sanar?
He tenido que aprender a palos. Tengo un mecanismo de defensa en el cual asumo que si alguien me mira fijamente a los ojos, es porque no se interesa en mí. He exteriorizado mucho eso en mis canciones.
Aprecio mucho que hayas contado esto, porque siento que como mujer, hay mucho valor en esto que dices de ser “bonito”.
Yo nunca ví una princesa que luciera como yo cuando crecía viendo Disney, esas imágenes causan un impacto en ti. Si en la televisión no hay personajes que se parezcan a ti, es difícil conocer que en ti también existe algo bonito. Lo atractivo es una energía, la forma en la que tú hablas, en la que tú bailas, como te mueves, como te ríes, como te expresas.
¿Cómo separas tu persona como artista de tu individualidad?
La artista es la estrella, tiene un nivel de poder muy fuerte, una capacidad profunda de sobreponencia. La artista tiene una coraza dura. Yo soy bajita, y hay gente que se sorprende cuando me ve cantar porque no sé de dónde saco ese tamaño. Yo soy la mujer que se inspira, y la fuente de inspiración es probablemente el dolor, es la vulnerabilidad.
¿De dónde vienen tus canciones?
El 90% de las canciones no se hacen desde la felicidad, sino de un proceso que no sabes cómo sanar. Yo vomito mi experiencia de vida a través de las canciones. No tengo equipo para escribir, soy yo solita necesitando arremeter con el pecho.
¿Cómo es tu energía?
Yo no soy dramática, no soy una mujer de escándalos, no soy drama queen. Soy tolerante, abierta, me gusta el amor sin posesiones. No me gusta que me posean, entonces yo no poseo a la gente. A veces no quiero ni molestar.
¿Qué necesitas para escribir una canción?
No necesito que la relación sea dramática, sino sentirla. A veces sentir significa que conociste a alguien que te va a dar mucha pasión y va a durar minutos.
Viajas mucho, ¿cómo influye eso?
Conozco gente que me parece espectacular, pero están a 16 horas de distancia. Vivo esa pasión el tiempo que dure, unos minutos, una hora.
¿Qué te inspira?
El sexo no inspira, por lo menos no a mí. Me inspira una conversación profunda con alguien que me parece espectacular, sentarme en la playa de noche con alguien.
¿Qué consejo le darías a tu versión de niña?
No escuches a todo el mundo. Tienes una voz interna que te habla muy fuerte. La gente te va a hablar desde sus experiencias de vida que no son las tuyas. Construye tu propia visión de la vida del mundo y de ti misma, a partir de lo que a ti te toque vivir y no a partir de las vivencias de los demás.
TEAM CREDITS:
Editor-in-Chief: Prince Chenoa
Feature Editor: Taylor Winter Wilson (@taylorwinter)
Writer: Frida Garcia D’Adda (@fridadda_)